Empresas: hay que prestarles atención a los síntomas
Es un hecho, las empresas también se enferman y para saber si está o no sana es necesario que analizar desde el desempeño de sus trabajadores, hasta la línea de producción y las ventas. Sin perder de vista la parte económica, que es uno de los pilares para determinar no solo la enfermedad, sino cómo poderla curar.
Exceso de conflictos y falta de comunicación son algunos de los signos más inequívocos de que una empresa está enferma. Si a estos se unen las bajas ventas, desinterés por ir a la raíz del problema y la búsqueda de una solución efectiva, entonces la compañía puede convertirse en un paciente crítico. Y la suerte de los pacientes críticos depende de las habilidades y conocimientos de los médicos que los atienden.
Es ahí donde los líderes deben tomar las riendas y tratar de sacarla de una terapia intensiva inminente y superar ese complicado estado. En la búsqueda de soluciones, algunos expertos en la materia han realizado una suerte de comparación de la situación empresarial con enfermedades reales.
Por ejemplo, la obesidad la comparan con el exceso de bonanza en un tiempo, la cual permitió que la misma no solo ganara en el mercado, sino que también “engordara” por calorías vacías; las cuales ciertamente comienzan a pesar luego. Cuando es necesario deshacerse de esos kilos de más que ponen en peligro el buen funcionamiento metabólico.
Esos kilos que pueden interpretarse como esos gastos innecesarios que, en época de bonanza, se incurren sin que se evalúen las posibles consecuencias a la salud que pueden dejar.
La depresión es otra de las enfermedades que constantemente se toman como referencia para saber el estado de salud empresarial. Trabajadores desmotivados, tristes, conflictivos son el vivo ejemplo de lo que puede ser esta enfermedad trasladada al mundo de los negocios.
Al igual que ocurre en la vida cotidiana, unos empleados que no están a gusto en su lugar trabajo, quienes no sienten la necesidad de levantarse a diario para entregarse a sus labores, tarde o temprano terminarán dejándola o sucumbiendo a la enfermedad.
Así que hay que prestarles mucha atención a los síntomas para evitar que la empresa se enferme, pero si ya está enferma hay que procurar curarla de la manera más expedita y eficiente. De eso también depende el éxito de un negocio.