Contar con una marca que sobresalga de la competencia y sea ampliamente aceptada y adoptada por el público es el objetivo estratégico de cualquier empresa. Así que es en mano de profesionales, es decir, de los diseñadores, que se debe dejar esta materia.
No obstante, la tarea no es sencilla porque involucra aspectos objetivos y, sobre todo, subjetivos. Estos últimos son decisivos para enganchar a los clientes en la adquisición del producto impulsados por la marca.
Así que a la hora de presentar tanto la marca como los productos hay que tomar en consideración un cúmulo de atributos -algunos inmedibles- que son importantes y no deben desestimarse.
De hecho, todas las personas pueden mirar el mismo objeto, pero la percepción de este será diferente en cada individuo. Es aquí donde el rol del diseñador resulta importantísimo con su manera de concebir lo que debe ser la construcción y presentación de la marca.
Estos profesionales ven el diseño de diferentes maneras y experimentan con nuevas técnicas, considerando su trabajo como liberador y un legado para la posteridad.
De allí que los pensamientos emitidos públicamente por los especialistas en diseño de marcas y productos representan consejos prácticos y guías útiles tanto para sus colegas y generaciones futuras como para las empresas.
En este sentido, hay frases geniales expresadas por diseñadores exitosos de marcas como: “crea cosas que te conecten con el público”, “haz que importe”, “a veces menos es más” o “una marca solo existe en la mente del consumidor”.
De manera que no hay que olvidar que las características distintivas del diseñador son la creatividad, la cualidad de conectar con el mundo y hacer lucir o realzar la tecnología que apoya el proceso de crear y mantener una marca.