Las crisis y dificultades siempre plantean a las divisiones del área financiera de las empresas grandes retos para pasar el temporal y la pandemia provocada por el coronavirus no es la excepción.
De hecho, a los profesionales financieros se les presenta una prueba de fuego para afrontar y resolver en la casi paralización económica y social causada por el COVID-19, que ha puesto de cabeza al mundo.
Antes de la emergencia sanitaria, las compañías ya habían elaborado sus planes de inversión, gastos y operaciones, pero todo esto cambió: la pandemia volteo completamente esa planificación. Ahora las empresas se han visto obligadas a redefinir todo lo planificado y ajustarlo a estos nuevos tiempos.
Todo apunta, pues hasta ahora no hay nada que demuestre lo contrario, a que las restricciones impuestas durante en confinamiento seguirán en el retorno de la llamada “nueva normalidad”. Así que los expertos dan una serie de consejos a las compañías para que enfrenten de la manera menos traumática posible esta crisis.
Una recomendación es elaborar un flujo de caja real, proyectado desde el momento en que se debió adoptar la cuarentena hasta la culminación de este año. Este ejercicio debe hacerse semana a semana, evaluando la presencia de flujos positivos y/o negativos, y tomar las medidas en consecuencia. Esto facilita la toma de decisiones por parte de la empresa.
Asimismo, se deben colocar en la balanza medidas como posponer pagos de préstamos y obligaciones tributarias y legales, optimizar la gestión de personal y aplazar gastos e inversiones como viajes, papelería, mantenimiento y compra de activos fijos que no afecten el desarrollo de las actividades.
Los especialistas sostienen que para las compañías es fundamental mantener la calma y tener claros los objetivos de mediano y largo plazo para así poder resolver los problemas en el corto plazo.
En este sentido, es necesario diseñar un plan financiero global en el que la cartera de inversión es solo una parte.
Ciertamente, las compañías están preocupadas, pero actuando tal como lo revela una encuesta realizada por la firma de consultoría Price Waterhouse Coopers en abril a 824 directores financieros de empresas de 21 países sobre las prioridades y el sentimiento en el marco del brote de COVID, el futuro no se vislumbra tan oscuro. La consulta arrojó que muchos se mueven dentro de un optimismo cauteloso.
La encuesta reveló que 73% de los consultados manifestó que sigue muy preocupado por los efectos del COVID-19 en sus operaciones. Otro 45% considera aprovechar los programas de apoyo de los gobiernos y 56% cree que su compañía podría regresar a la normalidad en tres meses luego de superada la crisis por el coronavirus.
Referencias:
https://www.pwc.com/ia/es/gestion-de-crisis/CFO-pulse-14-abril-20.html