Uno de los desafíos más importantes del sector porcino, de acuerdo con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), es lograr una nutrición adecuada para los cerdos y así garantizar una exitosa producción.
“En una unidad de producción comercial, la alimentación representa entre 60 % y un 70 % de los costos de producción: la utilización eficiente de los recursos disponibles para la alimentación es por tanto esencial para la rentabilidad de este tipo de unidades”, advierte la FAO en el portal http://www.fao.org/ag/againfo/themes/es/pigs/production.html
La organización explica que la producción porcina a pequeña escala, destinada a la subsistencia, “no depende de insumos externos y los costos relativos a la alimentación son mínimos, ya que los animales hozan libremente o son alimentados con residuos agrícolas o domésticos”.
En cambio, en los sistemas de producción comercial se usan diferentes dietas adaptadas a las condiciones fisiológicas de los animales según su demanda de energía y proteínas a fin de maximizar su potencial genético. “Esta alimentación por fases ayuda a maximizar la eficiencia de la utilización de los alimentos y, en consecuencia, contribuye a la preservación de los recursos naturales y a la reducción de las pérdidas de nutrientes en el medio ambiente”, expone la FAO.
A fin de proporcionar a los pequeños productores de zonas menos desarrolladas deben afrontar retos como: “desarrollar dietas adecuadas para los cerdos basadas en los recursos locales y establecer cadenas de suministro a lo largo del año sin una pérdida significativa de calidad ni inocuidad”. Esto les brindará la oportunidad de expandirse y participar en los mercados.