Project Manager o cómo mover eficientemente las piezas de una empresa
Uno de los cargos que se han vuelto claves en los últimos años en las empresas es el de Project Manager. El empleado que lo ocupe es quien se encargará de gestionar de manera óptima los proyectos que llevarán a la compañía a un buen final.
El director de proyectos, como también se le conoce, es sin duda un líder en su departamento. Pero también puede serlo de la empresa cuando la persona que se supone debe gestionar ese cargo no lo puede desempeñar.
Una de sus principales funciones que desempeña es la de mover eficientemente las piezas para que esos proyectos de los que se habló al principio puedan realizarse en un tiempo y con recursos los más óptimos posibles.
Es su responsabilidad que esas metas puedan lograrse de manera efectiva, tener el final esperado y que representen rentabilidad para la empresa con la máxima optimización de sus recursos financieros.
También le corresponde no solo ejecutar la idea, que puede ser propia o provenir de la gerencia, sino también velar para que todos los involucrados cumplan su parte. Debe supervisar cada uno de los pasos u objetivos que se hayan trazado en la planificación del proyecto.
Asimismo, debe estar constantemente monitoreando el avance del proyecto no solo para constatar que las fases se vayan cumpliendo según lo previsto, sino para tener la posibilidad de hacer algún cambio que se requiera durante el proceso.
Los avances tecnológicos y los nuevos enfoques pueden ser muchos y de punta, pero siempre es importante mantener la visión de un negocio exitoso. Y en eso el Project Manager es fundamental.
De allí que debe tener la capacidad no solo de desarrollar lo que se le encomiende, sino de analizar la viabilidad del mismo; cuál es la mejor manera para ejecutarlo; quiénes son los aliados –económicos y no- que pueden funcionar perfectamente para alcanzar los objetivos; planificar y replanificar si fuese necesario; estar abierto a los cambios que pueda conseguirse en la ruta que se trazó y ofrecerle a sus superiores todos los aspectos, negativos y positivos, que tiene el proyecto encomendado.
Por eso es importante tener clara cuál es la solicitud que se le hace y cuáles son los mejores caminos para lograrla. Su labor debe ser capaz de ayudar a los altos mandos de la empresa con sugerencias sobre cuáles son los caminos más idóneos para conseguir los objetivos. Este análisis debe contener todas las aristas posibles para ofrecerles a los jefes de la corporación una visión general del negocio que se decida abordar.